¿Qué es más importante para ti: lo que has conseguido a lo largo de tu carrera como entrenador o mantener el hambre en el día a día para seguir ganando?
Sin duda, la ilusión diaria para seguir disfrutando de este deporte es el mayor premio que puedo tener. Poder entrar en la pista y dedicarme a lo que más me gusta es parte de mi forma de vivir.
Cuando piensas en el Burela, ¿con qué te quedas? ¿Con los títulos o con los momentos?
He cosechado muchos títulos, pero no tiene comparación con las situaciones tan emotivas que he vivido. Son recuerdos que nunca se olvidan, abrazos, lágrimas, risas… Ese es el gran legado que me deja el futbol sala.
¿Cuál ha sido el momento más duro como entrenador?
Hay momentos muy duros, pero tal vez el más doloroso es cuando no has podido darle al deportista el protagonismo que merecía. Son muchas las demandas que recibe un entrenador y no siempre puedes hacer felices a todos.
¿Qué buscas cuando llegas a un equipo?
Por encima de todo compromiso. Es muy importante disfrutar con lo que haces, pero en el deporte hay muchos valores que se están dejando de inculcar, y uno muy importante es el compromiso y la responsabilidad. Son la base, junto con el respeto del éxito tanto deportivo como personal.
¿Qué te ha motivado para estar esta temporada como técnico del equipo maliayo?
Se han dado muchas circunstancias. Pero tal vez ha habido dos que me influyeron más; la primera fue la predisposición de Santi por darle un salto al equipo, y la segunda, creer en un proyecto joven, con jugadoras de la casa y con un entorno deportivo envidiable.
¿Hacia dónde camina este equipo?
El camino lo hacen las protagonistas. Si ellas creen y disfrutan del camino, éste puede ser maravilloso. Dejemos que nos lleve donde sea, sin olvidar nunca quienes somos y por qué hacemos esto. En definitiva, humildad y empatía.
¿Cuál es la hoja de ruta en sentido táctico? ¿Está todo planificado o lo vas decidiendo en función de la situación del equipo, de la forma de los jugadores, de los rivales?
Ahí me he visto un poco… frenado. El equipo en estos cuatro meses ha cambiado mucho. Ha sufrido bajas importantes, lesiones de jugadoras claves, ausencia de entrenamientos por diferentes motivos… Todas estas circunstancias han impedido desarrollar entrenamientos de la calidad que yo pretendía. Por otro lado, y mirando siempre el aspecto positivo, hay jugadoras que han adquirido un protagonismo máximo y otras han empezado a disfrutar de minutos que en el futuro le servirán de mucho.
¿Hasta qué punto te apasiona el hecho de poder revivir una Fase de Ascenso a Primera División?
Mi extrema competitividad me hace luchar siempre por los retos más altos. Este año tenemos difícil de alcanzar esa Fase. Pero estoy convencido que Villaviciosa llegará a la élite. No tengo la más mínima duda.
¿Prefieres que los equipos rivales jueguen de una u otra manera?
Me gusta centrar un alto porcentaje de mi trabajo semanal en mi equipo. Es cierto que es importante conocer al rival, pero estoy más preocupado por conseguir que mis jugadoras sean capaces de resolver cualquier situación que se plantee en un partido.
¿Hasta qué punto crees que tiene importancia el factor psicológico en un equipo? ¿Cómo se motiva a una jugadora?
Importante no, es fundamental. Y no solo a nivel personal, sino también grupal. Es más, considero que un buen ambiente de grupo consigue en la jugadora una mayor confianza en las relaciones. La mayor motivación para una jugadora es, a mi parecer, que vea al entrenador como una persona cercana, normal, humilde…
¿Cuál crees que debe ser la virtud más importante en un entrenador?
Yo lo tengo muy claro. Pero no solo para un entrenador, sino también para mi vida personal, y es que cada día me levanto convencido de que tengo una oportunidad para aprender. Siempre aprendes algo, en los entrenamientos, en las charlas, en los partidos…
¿Tienes alguna manía antes de los partidos?
No. La verdad es que así como jugador si tenía alguna, como calzarte las zapatillas siempre en el mismo orden, como entrenador —de momento— no las tengo. Si suelo seguir un ritual, tal vez para afrontar con mayor preparación los partidos, pero nada fuera de lo común.
A nivel institucional, ¿qué crees que le falta al fútbol sala para que sea un deporte de masas?
Está creciendo poco a poco y seguro que encontraremos nuestro espacio junto a deportes como baloncesto o balonmano. El ir de la mano del fútbol y ser visto como un sucedáneo de éste nos hace estar a la sombra. Y claro, así es más difícil. Pero también sin el apoyo del fútbol es más difícil de crecer.